viernes, 1 de enero de 2010

Dejar de fumar y adelgazar

Tomar la decisión de dejar de fumar no es fácil, y muchas veces el miedo de engordar inclina la balanza en contra de la salud. Una investigación realizada en los Estados Unidos podría dar coraje a quienes emprenden la batalla contra el tabaco.

Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Feinberg descubrieron que las mujeres que abandonan el cigarrillo mientras comienzan un tratamiento para el control del peso pueden disminuir esos kilos de más y obtener mejores resultados en la lucha contra el tabaco.

Olvidar el cigarrillo suele ir acompañado de un incremento en el peso por dos motivos: la nicotina disminuye el hambre y, al mismo tiempo, aumenta el metabolismo de las personas. Por esas razones, sumadas a la ansiedad por la falta de tabaco, suele suceder que las personas engorden al abandonar el hábito.

Las mujeres que fuman generalmente se encuentran entre la preocupación por su salud y el miedo a subir de peso. Ahora no deben elegir entre uno y otro, asegura Bonnie Spring, autora jefe del estudio.

Esta científica explicó que la nueva investigación contradice directivas médicas anteriores, que indican que una persona solo debe tratar una conducta nociva a la vez. Nuestros hallazgos indican que, al menos en el caso de fumar y comer, una mujer puede incluso beneficiarse al tratar de cambiar los dos comportamientos juntos.

Como parte de esta investigación, se trabajó con los datos de 2.233 mujeres que fumaban. Los autores notaron que las mujeres cuyo tratamiento abarcó tanto la adicción al tabaco como el aumento del peso tenían un 29% más de posibilidades de dejar de fumar en el corto plazo y un 23% en el largo plazo. A su vez, aumentaron menos de peso que sus colegas que sólo siguieron una terapia para dejar de fumar.

Spring reconoce que no todos los tratamientos tuvieron los mismos resultados, es decir que hay sistemas que funcionan mejor que otros.

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