jueves, 24 de diciembre de 2009

Adolescentes y tabaco


El tabaco es la principal causa de muerte, enfermedades y discapacidades evitables en el mundo. Sus efectos son conocidos, pero millones de personas continúan con su consumo. Los padres cuidan a sus hijos en relación al uso de drogas ilícitas, pero son permisivos con el abuso de nicotina. Bajo la creencia de que no es deseable pero si aceptable, no se lo reconoce como “droga”.

La mayoría de los fumadores se inician durante la adolescencia. Si bien el primer acercamiento al tabaco suele deparar sensaciones desagradables, muchos insisten basados en creencias y expectativas acerca del consumo de cigarrillos. Este hecho los lleva a probar y experimentar, generalmente dentro del grupo de amigos, hasta que se genera la adicción y la dependencia, asociadas al consumo habitual, momento en el que ya existe una necesidad fisiológica de nicotina.

Datos de la Tercera Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media (2007) indican que el 22.8% de los estudiantes de nivel medio fuman. A mayor edad, mayor consumo y no existe diferencia entre hombres y mujeres.

Prevalencia de mes de consumo de tabaco según sexo y edad. Estudiantes de Nivel Medio. Argentina 2007.

En promedio, los estudiantes comienzan a fumar a los 13 años y más del 20% de los alumnos que aún no fuman, empiezan a hacerlo cada año, desoyendo las advertencias y conociendo su carácter nocivo.

El período de la adolescencia es crucial para la prevención, ya que el tiempo entre el primer cigarrillo y la etapa de consumo habitual es de 2 a 3 años en promedio. La mayoría de los adolescentes cree que puede dejar de fumar cuando lo desee, aunque al intentarlo comprueban que no es así.

Algunos factores de riesgo

En las edades más jóvenes, el trabajar resulta un factor de riesgo más importante en el consumo de tabaco. Los estudiantes de hasta 14 años ocupados fuman más del doble que sus compañeros desocupados o inactivos. Los de 15 y 16 años lo hacen un 45% más, y los de 17 años y más un 19%. Así, los estudiantes que trabajan, de cualquier edad, fuman más intensamente que los que no lo hacen.

Cuanto más baja es la expectativa a futuro respecto a terminar el secundario, a continuar estudios superiores, concretar un proyecto personal y/o acerca de la situación socioeconómica de la familia, mayor es el consumo actual de tabaco, tanto para varones como para mujeres.

Respecto de la percepción de riesgo, tanto para varones como para mujeres y a cualquier edad, el consumo es muy superior entre aquellos que consideran que fumar frecuentemente no conlleva ningún riesgo, comparados con los que lo consideran muy peligroso. Además, más del 15% declaró que fumar alguna vez no presenta riesgos, y un 2.3% considera que fumar frecuentemente era inofensivo. Prevalencia de mes de consumo de tabaco según percepción del riesgo de fumar frecuentemente por sexo y edad. Estudiantes de Nivel Medio. Argentina 2007.


Cuanto más bajo es el desempeño escolar, es mayor el nivel de consumo de tabaco. La incidencia del desempeño escolar en el consumo actual de tabaco es considerablemente superior en los varones.

La atención de los padres puesta en la vida de sus hijos está íntimamente relacionada con el consumo de tabaco, tanto para varones como para mujeres.

Tabaco y otras sustancias

Diversos estudios han demostrado que los adolescentes que fuman tienen más posibilidades de ingerir alcohol y de consumir otras drogas, como marihuana o cocaína. Por lo tanto, se asume que al prevenir el consumo de tabaco se puede reducir también el consumo de otras drogas.

La mayoría de los fumadores han tomado alcohol durante el último mes, mientras que ha bebido alcohol sólo la mitad de los que no fuman.

Mientras sólo consumen drogas ilícitas el 1.8% de los no fumadores, lo hace el 18.4% de los que consumen tabaco.

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